Respuesta abierta al señor Juan Sebastián Ochoa y su artículo “Sobre las Políticas Públicas en Música”

El presente escrito es una respuesta a un artículo que se puede leer en el siguiente link: http://www.razonpublica.com/index.php/cultura/artes-y-cultura/3662-sobre-las-politicas-publicas-en-musica.html

Señor Ochoa,

Su artículo está tan plagado de errores y apreciaciones mediocres que, como músico, me resulta difícil quedarme callado y dejar que su ignorancia cause estragos en las personas que lo lean.

Es sorprendente (por decir lo menos) que una persona con las credenciales académicas que usted supuestamente ostenta (Maestro en Música y Magíster en Estudios Culturales) se haya tomado la molestia no solamente de escribir un artículo tan venenoso y mediocre como este sino de haber buscado (y encontrado) quién se lo publicara.

Desde las primeras palabras de su escrito se hace evidente que sus estudios musicales de poco o nada le sirvieron, pues un músico que utilice la expresión “música clásica”  para referirse a la música académica deja mucho que pensar. Pero supongamos que esa es su forma de aclararle al lector no versado en música a qué género se refiere. ¿Tres escenas en tres comedias distintas -desconocidas por cierto- son su ejemplo de “…crítica demoledora a la forma como se produce, se vende y se consume la música clásica en general…”? ¿Dese cuándo la música “clásica” es algo que se produce, se vende y se consume cual embutido? No me malinterprete, señor Ochoa, yo también soy músico y tengo cuentas por pagar y por tal motivo cobro por la prestación de mis servicios profesionales; mi época de tocar “por amor a la música” quedó atrás hace muchísimo tiempo. No obstante, yo no veo lo que hago como un producto. Lo veo como el arte sublime que es y que tengo la fortuna (y responsabilidad) de poder hacer, de tocar e inclusive manipular las emociones de esas personas que pagan por escucharme, porque de una u otra forma buscan lo que solo la música les puede dar: un alivio emocional (espiritual si se quiere), un bálsamo para sus padecimientos, un motivo de alegría.

A medida en que se avanza en la lectura de su artículo se hace cada vez más evidente que sus años de estudios musicales fueron por lo menos, inútiles. No sé de dónde saca usted que existe un “prejuicio elitista” de “…igualar abusivamente los términos “música” y “música clásica”…” La música es una sola y dudo mucho que se trate de “igualar” los términos o que exista un plan malvado para tal fin. Según su lógica, bastaría entonces con añadirle al título “Festival Internacional de Música de Bogotá” la palabra “Sinfónica” para quitarle su carácter excluyente y elitista… pero unos días después veríamos un artículo suyo diciendo que el título escogido para el festival es excluyente y elitista.

A continuación afirma usted que “…seguramente, se trata de emular  ya consolidado y muy elitista Festival Internacional de Música de Cartagena, que se da el lujo de tener un cierto roce popular con presentaciones gratis en espacios públicos…” ¿Qué hay de malo en que se dé otro espacio para la divulgación de la música “clásica” en Colombia y que aún mejor, esté al alcance de más personas que el de Cartagena? ¿Luego es que hay muchos? No lo niego, el Festival de Música de Cartagena es tremendamente elitista, al fin y al cabo se realiza en una ciudad de altísimo volumen turístico. Aún así, ese “roce popular” (como usted despectivamente lo llama) con presentaciones gratuitas en espacios públicos (así como la realización de varios conciertos en instituciones educativas de sectores marginales de la ciudad) es de tremenda importancia y trascendencia: no me imagino de qué otra manera los niños y jóvenes de esas localidades podrían tener contacto alguna vez con una música diferente al reggaeton. Pero lo más sorprendente de ésta parte de su artículo es la pregunta que se hace “…¿otra vez Beethoven? ¿Por enésima vez?…” Yo le diría a usted: sí, otra vez Beethoven, una vez, dos veces, mil veces. ¿Por qué no escuchar la música del iniciador del romanticismo una y otra vez? ¿escuchó usted a Beethoven alguna vez? ¿No sintió ese fervor, esa energía, esa vigorosidad, esa tristeza, esa melancolía, esa imagen emocional del ser humano que la música de Beethoven tan genialmente representa?

Dice usted que en términos de circulación, la música clásica “…mueve solo el 1.5 por ciento del mercado mundial…” Pero no cita la fuente de éste dato, tal como lo haría un investigador serio o una persona con maestría… hacer las citaciones apropiadas en un texto que se va a publicar es lo primero que se aprende en el primer semestre de cualquier maestría; además, ¿Del mercado mundial de qué? ¿De ventas de entradas a conciertos? ¿De ventas de música? ¿De descargas en línea? Su investigación para escribir el artículo fue tan pobre (si es que hizo alguna) que pasa luego a preguntarse por qué no se hace (con el presupuesto destinado al Festival Internacional de Música de Bogotá) un “…un festival de músicas del Caribe, o de músicas carrangueras, o de músicas latinoamericanas, o de músicas de Asia, o de músicas africanas, o de músicas tradicionales colombianas…”  (etc.) Pues señor Ochoa, tan solo por ayudarle con la tarea que debió hacer antes de escribir su artículo, le menciono tres nombres, para que los busque por lo menos en Google,  a ver qué sale: Festival de Música del Pacífico Petronio Álvarez, Festival de Música Andina Colombiana Mono Núñez, Festival Nacional del Pasillo Colombiano (esos tres ya sobrepasan en número la cantidad de festivales de música “clásica” que hay actualmente en el país).

No se trata de una “colonización auto-inducida” o de una “europeización”. La orquesta sinfónica es uno de los espectáculos más imponentes que puede ofrecer occidente, es un símbolo de progreso cultural, de la madurez que una sociedad ha alcanzado. Y por supuesto que sostener una orquesta sinfónica cuesta dinero, y mucho. Al fin y al cabo, sus músicos son profesionales que llevan estudiando por lo menos 20 años para poder estar allí sentados tocando (y tocando bien) por enésima vez (literalmente) Beethoven. Luego se mete usted con Batuta -institución a la cual le tengo particular cariño y afecto puesto que allí crecí personal, musical y profesionalmente, sin cuyas oportunidades no habría logrado lo que hasta ahora- diciendo que hace parte de ese “gordo” presupuesto con el que supuestamente cuenta la música sinfónica en Colombia. Pues bien, permítame citar un fragmento (que me voy a tomar la molestia de traducir del inglés) de un muy interesante artículo sobre Batuta que apareció en la revista “The Strad” en su edición de Agosto de 2012 titulado “El Sistema on the March”“… según Martha Rivera, coordinadora nacional del programa de preorquestas de Batuta, el concepto de preorquesta se basa en gran medida en métodos de enseñanza occidentales, pero está ligado a tradiciones indígenas Colombianas (…) Batuta comisiona adaptaciones de música folclórica de cada región para las agrupaciones, así como una variedad de instrumentos de percusión cromáticos de altísima calidad…” El artículo también menciona, entre otras cosas, las muchas dificultades económicas que pasa el programa a nivel nacional para poder subsistir. De todos modos, la finalidad de programas como Batuta es tener un impacto en la sociedad a través de los valores que se pueden aprender a través de la música. El objetivo de Batuta no es (ni ha sido nunca) formar músicos profesionales.

Ningún género musical en Colombia ha tenido un apoyo estatal decidido y fuerte. Ninguno. La formación de públicos es una tarea que se debe realizar de manera permanente y constante. Si a los conciertos de música “clásica” no asiste el suficiente público es precisamente porque falta muchísimo aún por hacer con respecto a la formación de públicos y no porque se trate de una música “elitista” y “excluyente” que solo le gusta a unos pocos.

Todas las manifestaciones musicales de Colombia se merecen el mismo apoyo por parte del estado, pues todas son igualmente valiosas y son el testamento de la cultura del país. Pero de ninguna manera es cierto que un género se esté llevando los recursos de los demás. Para no ir muy lejos, recientemente se canceló el Festival Sinfónico Pereira 2013 por falta de dinero.

Es aquí donde quiero llegar al punto final de mi respuesta a su artículo y preguntarle si usted ha estado viviendo debajo de una roca todo el tiempo. No sé si haya oído mencionar algo conocido como “El Sistema” en la vecina Venezuela, un sistema nacional de orquestas sinfónicas al que asisten (de manera gratuita) más de 350.000 niños de escasos recursos, a beneficiarse de todas esas cosas sublimes que le trae la música a todos aquellos que entran en contacto con ella. Ha sido tan revolucionario que ya se encuentra en más de diez países del mundo, y muchos lo consideran el futuro de la música “clásica”, precisamente por su naturaleza incluyente y su enorme e incalculable impacto social. Éste documental http://www.youtube.com/watch?v=oIGUXapsI-I le explicará cuán inclusiva es la música “clásica” y cuán equivocado está usted al pensar que se trata de un género para las “élites”.

Alejandro González Beltrán.

40 comments

  1. Leonardo Federico Hoyos · · Reply

    Excelente! Necesitamos personas con gran visión como el autor de este artículo, versus la frustración y mediocridad que inundan y ahogan nuestro desarrollo cultural y sentido universal de pertenencia.

  2. Camilo Sánchez Gómez · · Reply

    Gracias Alejandro
    Su crítica me ha alegrado y restaurado si se puede decir la decepción que tenía sobre un “magister” en música, me alegra saber que alguien respondió con fundamento cada uno de los errados puntos de este señor.
    Saludos alejó espero todo este bien.

    1. clara inés escobar · · Reply

      Me extraña que sea de académico contravertir un artículo con insultos. Esto desdice de quien los hace, no de quien los recibe.

      Dice el señor cello que toca por amor pero por plata, esto solo lo entiende él.

      Dice igualmente el ilustre músico que la gente no va masivamete a los conciertos de música clásica porque no se hay formado a un público, yo le pregunto ¿cuántas personas que ganan un salario mínimo pueden ir a un concierto de música clásica?

      Sabe el ceñor cello cuántos estudiantes hay en las facultades de música de boleros, gaitas, cumbias, porros, música caucana, etc.

      1. Señora Escobar,
        En primer lugar, desde hace mucho tiempo en Colombia decir la verdad se confunde con insultar ¿Por qué no llamar las cosas por su nombre? El artículo del señor Ochoa es mediocre y sorprende que un supuesto magíster se exponga de esa manera al escarnio público. Lo afirmo con vehemencia porque mis docentes de maestría son mi referente de lo que un investigador serio es y debe hacer.

        La segunda parte de su comentario la voy a responder con el siguiente símil: ignoro cuántos médicos harán su trabajo (salvar vidas) con amor, pero por más amor que le pongan a su quehacer, de todos modos esperan una recompensa económica a cambio. No veo por qué debería ser diferente con los músicos. ¿Acaso los grandes directores de orquesta o los grandes solistas tocan gratis? cuando lo hacen, es por una causa social o benéfica. De resto, las sumas de dinero que cobran por sus conciertos son respetables. Pero eso no significa que lo hagan movidos únicamente por el dinero. Si así fuera, no serían grandes.

        En tercer lugar, me trata usted con sarcasmo de ilustre músico (a la vez que me reclama en un principio porque empleo términos peyorativos). Nada más lejos de la verdad. Estoy a años luz de siquiera considerarme con la autoridad suficiente para llamarme “músico”. Y sí, falta formar el público para que asista a esos conciertos de música “clásica”. Pero el público no se forma solamente haciendo unos cuantos conciertos al año en algunos auditorios que probablemente estén muy lejos de esas personas que se ganan un salario mínimo y que no tienen los medios económicos para asistir. El concepto de formación de públicos en Colombia está en cierta medida errado. La música hay que llevarla hasta la gente para que se genere la necesidad de la misma.

        Finalmente, no, no tengo ni la más remota idea de cuántos estudiantes de esos géneros que usted menciona hay en las escuelas de música de Colombia. Lo que sí le puedo garantizar es que quien tenga una formación musical académica sólida (es decir, una formación desde la música “clásica”) va a sobresalir en los demás géneros de la música occidental.

      2. Primero hay que corroborarle un par de cosas ortográficas que es allí donde realmente se nota la educación de cada persona. Es “Señor” no “Ceñor”.

        En segundo lugar yo si podría responderle a lo último, nada más le dejo que se pase por las facultades de Música de la Universidad el Bosque, La Javeriana, La Universidad Distrital, donde los boleros, los porros, las gaitas si se enseñan, y puede preguntar en el bienestar universitario de cada Universidad, además de que podrá saber cuantos estudiantes estan aprendiendo tales géneros y le aseguro que obtendrá respuesta contundente a su pregunta del número aproximado de estudiantes.

        Ahora cabe resaltar que en el Festival Beethoven no fué solo para público de Beethoven, también vino mucha gente hasta de Risaralda que tuve la oportunidad de hablar con ellos en el Concierto del Cuarteto Latinoamericano, y allí comprobé que en los demás departamentos se esta cultivando y enseñando música no solo claramente de nuestro folclore, sino también música clásica, entonces ahora le dejo la tarea de ir a cada departamento cuando realiza su útlima pregunta.

        Y por último no confunda que le estoy insultando, le estoy diciendo la verdad sobre los hechos.

  3. Qué buena respuesta! no solo por contestar a las apreciaciones del señor Ochoa -que dejan mucho qué desear, a mi también me sorprendieron sus credenciales al leer todo eso-, sino por la manera en que está escrito, pues deja las cosas muy claras y no es un conjunto de apreciaciones sin fundamento como las del antes mencionado.

    Todo esto debería servir, finalmente, para hacer un llamado de atención sobre el poco presupuesto que en realidad se destina a temas de arte y cultura a nivel nacional. Bogotá tiene presupuestos más altos e instituciones públicas que de hecho tienen como misión apoyar esta gestión, pero tristemente no se puede decir lo mismo en el resto del país. Sí hace falta mayor apoyo para las músicas tradicionales y folclóricas (sin confundirse creyendo que el dinero que se destina a la “música clásica” le es “robado” otros géneros). Falta, además, que la preocupación no se únicamente de los músicos sino de todo un campo -a lo Bourdieu- que no solo incluye intérpretes y compositores, sino instituciones culturales, públicos, espacios de difusión y circulación, así como producción bibliográfica, académica y discográfica, etcétera etcétera.

  4. Muchas gracias, Alejandro, por su valiosísima opinión, expuesta con argumentos sólidos. Espero que tratando de ver una oportunidad en situaciones difíciles, tal como deberíamos manejar nuestra propia vida, este desafortunado incidente nos permita unirnos como estudiantes, profesionales, maestros y sobre todo como músicos y amantes de la música para tomar medidas concretas al respecto y evitar que futuras situaciones como estas nos perjudiquen gravemente.

  5. Laura Mosquera · · Reply

    Muy bien Alejandro, así es como se debate: con argumentos y con los puntos sobre las íes.

    También me parece importante resaltar tres cosas: la primera es que contraponer la mal llamada “música clásica” a la música popular resulta paradójico y es una negación del hecho de que la primera mana de la segunda; la suite barroca, por ejemplo, y que me imagino que al señor Ochoa le parecerá tan elitista, no es más que un compendio de danzas tradicionales y populares llevadas a un espacio y una forma académicas, y trabajos musicales como el de Béla Bartók, que está tan ampliamente sustentado en las músicas tradicionales de su tierra, dejan en entredicho su aseveración de que la “música clásica” es excluyente y elitista.
    Segundo, usted ataca la “música clásica” por la poca circulación que tiene (asegurando que sólo mueve el 1.5% del mercado mundial), pero déjeme decirle que las músicas tradicionales en su mayoría tampoco son músicas consumidas de manera masiva, de hecho por lo general se restringe a su área de arraigo y a intereses académicos (lo cual considero que es una pena) y creo que esta no es una razón para decir que la política pública no se podría orientar en aquella dirección, como tampoco es razón para negar este apoyo a los espacios de la música académica.
    Tercero, no tiene en cuenta el señor Ochoa el hecho de que algunos de los más emblemáticos intérpretes de música académica de nuestro país tienen también un amplio recorrido en la interpretación de músicas tradicionales, y le cito como ejemplo a las maestras Blanca Uribe y Teresita Gómez; tampoco tiene en cuenta los ciclos que le dedican las orquestas sinfónicas de nuestro país (esas que al parecer le molestan tanto) a las músicas populares: Carranga Sinfónica (Jorge Velosa con la Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia), Nueva Música Sinfónica y Coral Colombiana (Orquesta Sinfónica EAFIT), Puerto Sinfónico (Puerto Candelaria con la Orquesta Sinfónica EAFIT), composiciones de ritmos tradicionales para formatos sinfónicos de maestros como Victoriano Valencia y muchos otros ejemplos que en este momento se me escapan.

    1. Laura Mosquera · · Reply

      Cuando en el segundo párrafo me refiero a usted, me refiero a Juan Sebastián Ochoa, fue un error de redacción.

    2. Muchas gracias por tu aporte, Laura. ¡Complementa ampliamente mi mensaje!

  6. Laura del Sol Jiménez · · Reply

    Gracias Alejandro! Que alivio contar con músicos bien documentados que se preocupen por aclararle a los lectores las barbaridades que en ocasiones algunas personas hablan…

  7. Daniel Alejandro Acosta P. · · Reply

    excelente defensa Alejandro…..cabe destacar que el hombre se informó tan bien de las músicas de la costa Atlantica que conoce a San Papayo y su bandas papayeras….la verdad yo conozco un pueblito de Cordoba donde tienen origen estas bandas PELAYERAS y su nombre es San pelayo….creo que el hombre sabría esto si se hubiera informado un poquito investigado o por lo menos haber buscado en google antes de ponerse a hablar tantas burradas!!!!

  8. Camilo Barrero · · Reply

    Señor Alejandro, creo que rescato sus últimos tres párrafos; pero solamente sus últimos tres párrafos. Admito que el tono de Ochoa me parece contravenientemente arrogante y que convendría buscar maneras más moderadas de expresar las mismas ideas; cosa que sería útil pensando en el público que lee y que seguramente, resulta obvio al ver las respuestas que en general ha sucitado en la gente, no está muy al tanto de la perspectiva desde la cual me parece que se expresa Ochoa. Sin embargo, creo que es una crítica válida. De hecho, al contrario de las demás personas que se han tomado el tiempo de celebrar su artículo, señor Alejandro, podría contestarle en los mismos términos que usted lo hace a Ochoa: “Su artículo [señor González] está tan plagado de errores y apreciaciones mediocres [bueno, aquí por respeto no le llamaría mediocre, aunque el carácter fundamentalista de su respuesta podría invitar a usar esa palabra] que, como músico, me resulta difícil quedarme callado y dejar que su ignorancia cause estragos en las personas que lo lean.”
    Si está dispuesto a discutirlo y recibir argumentos que no le gusten, podemos dialogar. Cuando tenga un poco más de tiempo trataré de responder a los puntos con los que no estoy de acuerdo, los cuales me parecen delicadamente fundamentalistas.
    Gracias por su atención.

    1. Estimado Camilo, gracias por su comentario.
      Si bien es claro que “tener contento a todo el mundo” es imposible, no comprendo bien lo que usted me quiere decir. Estoy dispuesto a corregir los errores que usted dice que tiene mi artículo y a que me ilumine con sus argumentos, siempre y cuando éstos se encuentren bien fundamentados y documentados.

  9. Andres MB · · Reply

    Bravo, bravissimo.

  10. Estoy de acuerdo, en que exista una respuesta para el artículo del profesor Juan Sebastían Ochoa. Sin embargo me hubiera gustado una respuesta a la altura, escrita no con la misma intención del artículo polémico, con esa intención de ataque y de un fervor etéreo que definitivamente no genera nuevas ideas, y mucho menos un progreso.

    1. Estimada Sara,
      Como lo dije en un comentario anterior, satisfacer a todas las personas es imposible. La invito a que no se guarde sus ideas y las comparta y de esa manera se genere retroalimentación.

  11. Estoy de acuerdo, mi intención no es reprobar su opinión, y considero que a través de este medio logró el objetivo de no guardarse las ideas. Simplemente sería interesante que esta respuesta que ha llegado a tantas personas estuviera enriquecida también de otras intenciones. Con lo cual no quiero decir que su indignación no sea válida, todo lo contrario. Tenga por seguro que si en algún momento quiero expresar algo más lo haré. Por ahora esta es la única idea que quiero comentar respecto a este asunto. Quizás requiero de más tiempo para manifestarme de esta u otra manera. Finalmente hay algo que no mencioné en mi comentario anterior y es que usted consiguió dejar la indiferencia atrás, y eso me emociona. Sin embargo pienso que mi reflexión tiene cabida al igual que su reflexión. Saludos!

  12. El que por posar de ‘incluyente’ termina siendo reaccionario y elitista es el señor Ochoa, tan lleno como está de preconceptos inútiles acerca de la ‘música clásica’. Muchas gracias por su artículo, señor González.

  13. brittdusun · · Reply

    Me alegra que el Profesor Ochoa se haya tomado el tiempo de escribir ese artículo tan polémico; pues se lanzó y lo logró: despertar interés en la políticas públicas en música. Lastimosamente le está costando un montón de madrasos y críticas sin fundamentos bastante alejadas del real interés del artículo. Realmente lo felicito, gracias a él, por fin los estudiantes de música y gente del medio se preocupa por dichas políticas. Y me alegra infinitamente, saber que existen jóvenes estudiantes de música como yo, que pudieron darse cuenta de la verdadera crítica y preocupación que expresa el Maestro Ochoa en su texto.

    1. La única polémica que desató el artículo del señor Ochoa fueron las opiniones sesgadas y venenosas del mismo y sobre todo la ignorancia y ligereza con que trató el artículo, no porque se trate de un escrito revelador. Para nadie es un secreto que las políticas públicas en música en Colombia no funcionan bien y que el dinero destinado a la promoción de la misma es insuficiente sin distinción de género. Lo que el señor Ochoa descubrió fue el agua tibia.
      Con su comentario insinúa que mi crítica no tiene fundamento. Estoy dispuesto a rectificar cualquier parte de mi escrito que usted me demuestre (y hago énfasis en la palabra “demuestre”) que está errado.

  14. Manuel Bernal Martínez · · Reply

    Señor Alejandro González. Voy a ir por partes con su escrito.

    Primer problema conceptual: pensar que la música académica occidental no es un producto cultural, como cualquier otro tipo de música en una cultura, que tiene prácticas de creación (o sea de producción), de circulación y de consumo. Eso es, por lo menos, un anacronismo y un desconocimiento de los aportes a la reflexión en torno a la música que se han hecho desde disciplinas como la Musicología, la Etnomusicología, los Estudios Culturales y la Psicología de la Música.

    Segundo problema conceptual: “la música es una sola”….

    Sugiero inicialmente, y solo porque es lo que tengo a mano en estos momentos, que consulte la Parte 1 (The origins and functions of Music) del libro The Oxford Handbook of Music Psychology editado por Susan Hallam, Ian Cross y Michael Thaut. New York: Oxford University Press, 2009.

    Si le parece interesante, continuamos después.

    1. Estimado señor Bernal,
      En primer lugar quiero decirle que me alegra saber que hay personas que defienden el escrito de Ochoa con argumentos bien fundamentados, si bien eso no quiere decir que necesariamente sean válidos. Le daré una respuesta completa a sus dos comentarios una vez haya leído el texto que me sugirió el cual acabo de solicitar a la biblioteca.

      1. Estimado señor Bernal,

        Por fin tengo algo de tiempo para continuar con la conversación.
        Leí el capítulo del libro que me recomendó (por cierto, muchas gracias, desconocía el libro y es tremendamente interesante).
        El capítulo no habla de pruebas concluyentes sobre la universalidad o no de la música; de hecho el autor se queja (página 5) de la “…sorprendente poca consideración que los etnomusicólogos le han dado a la pregunta de universalidades musicales…”
        Le pregunto, si la música no fuera una sola, ¿sería posible ésto?: https://www.youtube.com/watch?v=_CwDEZRElLE

  15. GRACIAS!! hace días me tomé la molestia de nombrarle al ignorante aquel los más de 40 festivales de música Colombiana que tenemos

  16. Manuel Bernal Martínez · · Reply

    Aclaración: no estoy defendiendo el escrito de Juan Sebastián Ochoa, ni estoy atacando el escrito de quien inició esta serie; esas son sus palabras no las mías. Algo que nos tiene fregados como cultura es precisamente que las argumentaciones se toman como estar a favor o en contra de… y no como lo que son: propuestas para enmarcar mejor una temática que surge. Yo quiero ser un interlocutor y no un amigo o un enemigo; de hecho me parece preocupante y feo el uso de adjetivos como ignorante o el desconocimiento burlón de “credenciales académicas” como planteamiento inicial para algo que parece ser una discusión. Así como creo que algunas de las argumentaciones nacidas desde los estudios postcoloniales son exageradas, también considero que muchos de sus planteamientos son dramáticamente reales. Si el asunto se trata de bandos, me retiro.

    1. Estimado señor Bernal,
      No escoger las palabras cuidadosamente cuando se está debatiendo de manera apasionada puede llevar a malentendidos, y me parece que este es uno de esos casos y me disculpo. Su planteamiento me parece sumamente interesante y por eso me tomé la molestia de solicitar el libro a la red de bibliotecas de la región de la universidad donde me encuentro estudiando. En cuanto al uso de los adjetivos en mi escrito, lo mantengo pues ningún académico serio trataría un tema tan delicado como el que estamos discutiendo con la ligereza que lo hizo el señor Ochoa. Una vez más, espero podamos continuar el debate.

  17. Ese artículo da tristeza saber que lo escribió fue un profesional de la música, lo peor de todo es que la Universidad Javeriana lo tiene como profesor de su facultad de música, que estará impartiendo este mediocre?

    1. Caballero ¿y si mejor le contesta su post directamente a Ochoa? a fin de cuentas su artículo también tiene esa opción.

  18. LEO VALDES · · Reply

    Muy bien Alejo.

  19. Cualquiera que haya visto las películas “Roma” y “Amigos Intocables” -por cierto muy conocidas y por cierto, también pudo usted, señor González, como el buen investigador que quiere ser y para citar la forma venenosa de expresarse en SU escrito, hacer “la tarea antes de escribir su artículo” y “por lo menos buscar en Google,  a ver qué sale”- y quien sepa leer la precisa descripción de la escena de la obra teatral (desconocida para mí), entenderá perfectamente lo que Ochoa quiere decir con “una crítica demoledora a la forma como se produce, se vende y se consume la música clásica” o académica, como pedantemente usted lo corrige, como si esta corrección le aportara algo al debate. 
    Formo parte de los lectores no versados en música y carezco por completo de conocimientos acerca de festivales, presupuestos o apoyos estatales para la música CLÁSICA o folclórica en Colombia…Lo único que puedo afirmar es que a juzgar por la arrogancia y agresividad del texto del señor González, cuesta mucho creer en la objetividad y profesionalismo de su autor o en su intención de hacer parte de una discusión o un debate constructivo. 

    1. Lo que Ochoa denomina como “críticas demoledoras” son en realidad burlas a la alta sociedad que asiste a conciertos de música sinfónica sin realmente entender que un concierto es mucho más que un evento de roce social. Ese tipo de burlas hay por todos lados y no es ni de lejos una crítica a la música culta sino a la gente adinerada que la única razón por la que asiste a tales eventos es para ser bien vista por los demás.
      Llámese arrogancia, pedantería o agresividad, en Colombia desde hace mucho tiempo decir la verdad se confunde con tales adjetivos. Finalmente, dudo mucho que la muy gastada herramienta de “debate constructivo” en Colombia haya llevado o vaya a llevar a algún lado alguna vez. Si de verdad el interés es construír, los artículos como el de Ochoa tienen el efecto opuesto ya que desinforman y polarizan la débil comunidad musical Colombiana.

  20. Será que ese señor no se da cuenta a que se dedican las ministras de cultura de este país? que por cierto siempre o casi siempre han sido costeñas? todo es vallenato, un genero comercial que no tiene ningún contenido academico y que lo promocionan porque es lo que vende al país. Que mediocridad y se nota que ese tipo nunca pudo tocar música de verdad.

    1. Ana Ruiz · · Reply

      A mi no me gustó nada el artículo de Ochoa, pero no me siento en la capacidad de emitir aseveraciones tan fuertes sobre su calidad como músico… Por otro lado, no me parece que el vallenato no tenga -o no pueda tener- un contenido académico, pues si bien mucha de la producción que encontramos tanto en ese como en otros géneros tenga una clara intención comercial, no deja de representar valores culturales importantes (conozca un poquito más sobre los juglares vallenatos, sobre los otros géneros cercanos al mismo, sobre la llegada del acordeón a Colombia, sobre todos los imaginarios que ha representado este género desde sus comienzos y toda la tradición oral que está plasmada en sus canciones)… eso sólo por hablar del vallenato, como si hablamos de currulao, cumbia, bullerengue o champeta, que tienen sus propios valores musicales y culturales y que no pueden ser desconocidos.

      Sí es necesario un replanteamiento en la manera en que se entiende y se promueve la música del país, pero considero que la música -popular, folclórica, académica-, toda tiene el mismo valor a nivel cultural y debería ser respetada de la misma manera, sin que eso implique unas peleas -a mi parecer sin sentido- sobre si algún género o estilo es mejor, más respetable o genuino.

  21. Sergio Martínez · · Reply

    Me parece que en este debate se está llegando a fijarnos más en la pestañina que en la dermatitis. para empezar alguno de ustedes conoce los procesos de educación musical en los Centros Culturales de nuestros municipios? Espero que sí. ¿Sabían algunos de ustedes que han respondido a este artículo que todo género musical sin excepción tiene contenidos académicos? Pienso que varios no. Por otro lado cuando se dice la música es una sola, se está refiriendo el señor Alejandro a que toda forma de producir el sonido como forma de expresión personal o grupal es música, no porque desconozca que existen “géneros” lo cual me parece más apropiado que decir “músicas”, si se trata de poner de manifiesto la diversidad cultural. Es igual que ahora el tan de moda todos y todas, con el fin de defender la equidad que es como combatir el cáncer maquillando las radiografías… El trabajo que muchos músicos y maestros de música y musicólogos y por que no, melómanos han hecho en favor de la música no puede quedar empañando por artículos que obviamente reflejan más una opinión personal por cierto desinformada y que en este Blog de manera muy acertada se ha tomado en reflexión. Los invito para que se pasen por las Escuelas Municipales y les aseguro que muchas opiniones serán transformadas; para la muestra un botón, les comparto este Link https://www.facebook.com/SemanadelPianoColombia

  22. Juan Pablo · · Reply

    Soy estudiante de música, y después de tanto tiempo que tienen escritos ambos artículos he vuelto a leerlos (con todo y comentarios) para usarlos como referencias en un ensayo. No es que esté a favor de una cosa o de otra, pero al del Maestro Ochoa si lo usaré de referencia. Se preguntará el porque. Sucede que al ver un articulo y unas respuestas tan cargadas de agresividad desluce mucho de lo que en verdad se quiere argumentar. Lo siento, usted también tiene razón, pero hay maneras de decir las cosas.

  23. Gracias por su comentario, Juan Pablo. Las opiniones irresponsables del señor Ochoa merecían una respuesta contundente y directa, sin rodeos.
    Como ya lo he mencionado antes, en Colombia se confunde ser directo con ser agresivo o grosero.
    Éxitos con el ensayo, Juan Pablo!

  24. ZopencunoEstupiñan · · Reply

    Yo opino que el señor alejocello es un soberano imbécil. Uno de los peores idiotas que ha dado esta asquerosa tierra. Basta leer esta insólita idiotez que escribe: ‘¿Dese cuándo la música “clásica” es algo que se produce, se vende y se consume cual embutido?’… ¡DESDE SIEMPRE, ESTÚPIDO!.. Busque en Google la palabra ‘mecenazgo’ y se va a llevar una terrible sorpresa. ¿Nunca le enseñaron que MUCHO arte (incluyendo parte del de Mozart, Beethoven, etc…) fue y es producido POR ENCARGO, justo como un embutido?.. La diferencia es que ahora nadie quiere consumir ese envejecido embutido conocido como ‘música clásica’ por más que lo adornen con empaques ridículamente pretenciosos como ‘música académica’.

    1. Qué fácil es insultar ocultándose detrás de apodos.
      Yo, mientras tanto, me voy a la tienda de la esquina a hacer un poco de mecenazgo, a comprar un par de embutidos y una buena botella de vino y apoyar la causa del señor tendero. Luego regresaré a mi casa y, mientras disfruto de las mencionadas viandas, reflexionaré si quiero reír o llorar ante su audaz equiparación entre un compositor al que le piden que escriba una sinfonía y, bueno, una orden de embutidos.

  25. Llego tarde a la Conversación. Hace puntos interesantes peor el estilo de argumentación automáticamente lo descalifica como respuesta valida. Cuando se atacan a las personas y no a las ideas se pierde mucha veracidad. Eso no tiene nada que ver ser “contundente” ni poner “puntos sobre las íes”. Sus errores son “Falacia del Hombre de Paja” y “Ad hominem” ver página 10 y 42:
    https://bookofbadarguments.com/es/?view=allpages

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